¿Otra vez te atacan la sinusitis y rinitis alérgicas? ¿Pero cómo puede haber pasado si estamos empezando el verano? Se supone que son los meses de frío los que traen este problema, pero no siempre es así. ¿Tienes mucosidad y constante goteo por tu nariz? ¿Te encuentras con fatiga?… No es un fenómeno extraño, es más común de lo que piensas y el culpable podría ser el aire acondicionado.
Los cambios bruscos de temperatura, ya sean producidos por equipos de aire acondicionado o por causas naturales, influyen en nuestra salud de diferentes formas. Especialistas señalaron que pasar de un ambiente cálido a uno frío puede producir bronquitis aguda, sinusitis, rinitis... También provoca dolores corporales y contracturas. Además, los equipos de refrigeración de ambientes contienen gérmenes.
Para entenderlo deberías saber como funciona nuestra nariz:
El aire que respiramos entra por la nariz que lo calienta, lo humidifica y lo filtra para que esté lo más puro y limpio posible. Con el calor, se encienden los aires acondicionados y se tiende a cerrar las habitaciones. Es allí donde surgen los problemas:
Entrar desde la calle, donde hace mucho calor, a un ambiente con aire acondicionado puede afectar a la salud. El aire frío sin humedad influye en la movilidad del sistema ciliar, unos “pelitos” que tenemos en las vías respiratorias que eliminan los residuos que entran por la nariz, aumentando así la producción de moco. De esta manera, la nariz se congestiona y se empieza a respirar por la boca, que por cierto no está preparada para limpiar y humidificar el aire antes de que entre en los pulmones esto hace que todo tipo de partículas puedan penetrar en las vías respiratorias y provocar bronquitis aguda, sinusitis, rinitis y asma. En síntesis, el cambio brusco de temperatura produce alteraciones más importantes en las personas cuando estas pasan de un ambiente frío a uno cálido que a la inversa, es decir, al ir de un ambiente cálido a uno frío.
Además, en muchas ocasiones, los filtros de los aparatos acondicionados están sucios, por lo que el aire refrigerado está lleno de partículas como polen, esporas de moho y ácaros del polvo, que irritan tu nariz, sobre todo si eres alérgico. Todo esto puede provocar sinusitis, rinitis y asma.
Los ventiladores también representan una amenaza, en especial en niños, ancianos y personas con diabetes o alguna deficiencia inmunológica.
"Hay que tener cuidado, porque el uso del ventilador promueve la entrada de gérmenes quedan girando y flotando en el mismo ambiente"
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